El día 14 de septiembre, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, la comunidad de monjas dominicas de Santa Catalina de Siena, de Paterna (Valencia), recibía una VISITA única, esperada con una gran ilusión, y acogida con el cariño de las hermanas y de un buen grupo de amigos, familiares y conocidos de la comunidad: la imagen de la Virgen Inmaculada proveniente de Éfeso (Turquía), que recorre en peregrinación España desde el pasado mes de mayo.
Cuando la imagen llegó a las puertas de la iglesia, la alegría y los aplausos eran incontenibles, confundidos con el sonar entusiasmado del órgano y el repique de campanas del monasterio.
Las mismas monjas salieron a recibir a la Virgen, muy bella por cierto, que adornaron en seguida con unas guirnaldas de flores preciosas y la trasladaron a hombros de unas cuantas hermanas (porque todas la querían llevar), al lugar que previamente se había preparado en el interior de la iglesia.
Y ya, con la Madre en Casa, comenzó la Eucaristía.

Noticias de la Archidiócesis de Valencia

VALENCIA, 16 SEP. (AVAN).- La imagen de la Virgen Inmaculada proveniente de Éfeso (Turquía), que recorre en peregrinación España desde el pasado mes de mayo, concluyó este martes su paso por Valencia con la celebración de una misa de despedida en el convento de Santa Catalina de Siena, en Paterna, tras haber visitado durante cuatro días personas presas, enfermos y discapacitados, jóvenes, mayores y religiosos.


Precisamente, el cardenal arzobispo Antonio Cañizares dedica su carta de esta semana a la despedida de la Virgen de Éfeso, cuya visita y presencia ha traído a Valencia “alegría y esperanza”, afirma.

«¡Madre, durante unos meses te decíamos ´Madre ven`!” – en alusión al lema de su peregrinación por España-  y “ahora, al final de estar en tu casa de Valencia, como en Éfeso, te decimos: ¡¡¡MADRE, QUÉDATE!!!”, asegura el Arzobispo.

El Cardenal recuerda que la Virgen de Éfeso ha estado en la Catedral, en un monasterio de vida contemplativa, con los pobres más pobres del Cottolengo y con la religiosas de la Casa Cuna, ha estado con los ancianos que cuidan las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, ha visitado y ha entrado dentro de la cárcel de Picassent, donde con “vivísima emoción la han llevado a sus hombros la reclusas de este Centro Penitenciario”,  se ha acercado al convento de Santa Catalina y a la Basílica de la Virgen para estar con los jóvenes.

“Todo lo ha llenado de gozo y alegría, porque con Ella hemos visto la salvación de Dios que nos viene  a través de María: su Hijo Jesús . Y con esta visita tan sencilla, en una humildad admirable y con una fe y confianza plena y total, trajo la alegría y la esperanza aquí en Valencia”, afirma.
En su último día en la diócesis, el pasado martes, la Virgen de Éfeso se acercó también al Hospital Católico Casa de Salud, en donde el delegado episcopal para la Pastoral de los Enfermos y Mayores, Luis Sánchez, presidió una eucaristía.

Por la mañana, la imagen recorrió algunas calles de Valencia y también tuvo lugar un encuentro de oración en el Cottolengo del Padre Alegre.

La Virgen de Éfeso llegó el pasado sábado a la diócesis de Valencia, donde fue recibida por el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, en la parroquia San Miguel y San Sebastián, que acogió una misa de acción de gracias y una vigilia de oración. 

Esta peregrinación, con el lema “Madre, ven”, en su recorrido por España rememora la visita que, según la antiquísima tradición del Pilar, hizo la Virgen María cuando se le apareció el 2 de enero del año 40 al Apóstol Santiago en Zaragoza, habiendo sido trasladada desde Éfeso «en carne mortal» —antes de su Asunción— durante la evangelización de España para darle ánimos en su misión.

Esta localidad de la actual Turquía es el lugar donde, según la tradición, la Virgen María vivió sus últimos años en compañía de San Juan Evangelista. Su casa es hoy lugar de culto y devoción, según han indicado desde la organización de la peregrinación.

Fotografías: Félix Perona