Valencia a 21 de Abril de 2020

 

 

 

 

Queridos hermanas y hermanos:

Se acerca el día de celebración de la memoria de nuestra Patrona, Santa Catalina de Siena, y dado que en la situación actual  es imposible poder realizar celebraciones en nuestras fraternidades, el Consejo Provincial ha pensado organizar un MOMENTO DE ORACION, para que lo realicemos cada uno desde nuestras casas y que de esta forma todos los laicos estemos unidos orando al mismo tiempo.

También hemos pensado que esta oración comunitaria la podíamos ofrecer a toda la Familia Dominicana, por lo que nos hemos puesto en contacto con el Secretariado de Familia Dominicana, a quienes les ha parecido una idea fantástica y la van a compartir con los hermanos de las distintas ramas.

La oración va a consistir en una breve reseña histórica y meditación sobre nuestra Patrona, seguida del rezo de las Vísperas propias de su fiesta, que os adjuntamos en los documentos adjuntos.

Esta oración queremos ofrecerla por todos nuestros hermanos y hermanas que han fallecido como consecuencia del Covid-19 en TODO EL MUNDO, por los que lo han padecido y se han recuperado y por los que están padeciéndolo ahora; y de una forma más particular por nuestras hermanas contemplativas del Monasterio de Santa Catalina de Siena en Paterna (Valencia) que se han visto atacadas por el virus de una forma especialmente aguda.

La oración la comenzaremos el día 29 de Abril a las 20.30 horas y una vez finalizada nos podemos sumar a la invitación que ha realizado el Maestro de la Orden Fr. Gerard Timoner para el Encuentro Mundial del Rosario para toda la Familia Dominicana para ese mismo día a las 21 horas, y que pretende que durante 24 horas toda la F.D. de todo el mundo recemos el Rosario según los distintos husos horarios del planeta.

Queremos agradeceros, de antemano, la acogida a esta iniciativa para que todos nos mantengamos unidos por medio de la Oración en esta situación extraordinaria que está sufriendo todo el mundo con motivo de la Pandemia del Covd-19.

Recibid un fraternal abrazo.

Consejo Provincial

Frateridad Laical de Santo Domingo

Provincia de Hispania


Sta. Catalina de Siena

  • 1347: El 25 de marzo nace Catalina en Siena, siendo la penúltima de veinticinco hijos de Jacobo Benincasa y Lapa Piacenti.
  • 1353: Cuando tenía tan sólo 6 años, tiene una visión de Jesucristo que le marca toda la vida.
  • 1363: Con 16 años se hace parte de la Hermandad de Penitentes de Santo Domingo (Laica Dominica).
  • 1372: Apasionada por la Iglesia, impulsa al Papa Gregorio XI para que retorne a Roma.
  • 1378: Una vez establecido el Papa en Roma, impulsa la paz entre Florencia y Roma; consiguiéndose ésta bajo su mediación.
  • 1380: Muere el 29 de abril, a los 33 años de edad, entregada en todo momento a Dios.
  • 1461: Es canonizada el 29 de junio por el Papa Pío II.
  • 1970: El 4 de octubre el Papa Pablo VI la proclama Doctora de la Iglesia.
  • 1999: El 1 de octubre el Papa San Juan Pablo II la proclama Copatrona de Europa.
  • 2020: ¿Qué podemos seguir diciendo y escribiendo de nuestra hermana Catalina hoy?

Hoy es Catalina la que me dice aquellas mismas palabras que una vez le dedicó Cristo a ella: «Sal fuera, pues te necesito». Catalina, en aquel momento, se apresuró a contestarle con gran humildad: «¡Señor, bien sabes Tú que soy una mujer ignorante! ¿Qué puedo hacer yo para llevar tu causa adelante? ¡Mira, búscate otra que tenga más cualidades que yo!». Y yo, ¿qué contesto hoy yo?

Para que la vanagloria no encontrara albergo en el corazón de Catalina, Jesús le responde: «No me podéis ser útiles en nada, pero sí que podéis hacer mis veces ante el prójimo yendo a donde yo no puedo ir. El alma que ama de verdad no se cansa nunca de ir al prójimo para hacerle cuanto bien yo le haría. En este apostolado para mí no hay distinción entre hombres y mujeres, sabios o ignorantes». Catalina entiende, asume y acoge que tiene que ser toda para todos (1 Cor. 9, 22) si quiere seguir y ser de Cristo y exclama: «¡Señor, quiero que me prometas la vida eterna para todos mis parientes, para todos mis amigos! ¡Prométeme que atenderás mis súplicas, Señor! ¡Tú eres el que lo haces todo y yo sólo hago lo que Tú me encargas!».

Desde ese momento, Catalina se entregó a los más pobres, a los más abandonados, a los más marginados, a los más enfermos… ¿Cuál es mi servicio a la Orden, a la Iglesia, a la Humanidad, al Mundo?


SANTA CATALINA DE SIENA- VISPERAS

V/  Dios mío ven en mi auxilio.

R/  Señor date prisa en socorrerme.

 

Gloria al padre y al Hijo y al Espíritu Santo

Como era en el principio ahora y siempre,

por lo siglos de los siglos.

Amén. Aleluya.

 

HIMNO

   Eres. oh virgen, digna de alabanza,

pues por tu santidad maravillosa,

hoy conquistaste el galardón del cielo,

llena de esplendor.

 

   Tu vida santa ha recibido el premio

y tu intachable rectitud corona;

la recompensa eterna de la gloria

tienes por siempre.

 

   De los Predicadores sol brillante,

con amor tú a Domingo veneraste,

que fue piadoso, humilde y prudente,

del mundo ejemplo.

 

   Castigaste tu cuerpo con dureza,

hasta sangrar a golpe de flagelo;

lloraste los pecados de los hombres

llena de angustia.

 

   Si en tu honor alabanzas se prodigan,

otras tantas nosotros te ofrecemos,

pues en piedad a todos aventajas,

oh Catalina.

 

   Gracias inmensas, oh Cristo, te damos,

Hijo Unigénito y al Padre eterno,

y al Espíritu que de ambos procede

única gloria. Amén

 

Ant. 1.- El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que nos ha dado, aleluya.

Salmo 30

¡Qué bondad tan grande, Señor,

   reservas a tus fieles,

   y concedes a los que a ti se acogen

   a la vista de todos!

 

En el asilo de tu presencia los escondes

   de las conjuras humanas;

   los ocultas en tu tabernáculo

   frente a las lenguas pendencieras.

 

Bendito el Señor que ha hecho por mi

   prodigios de misericordia

   en la ciudad amurallada.

 

Yo decía en mi ansiedad:

   «me has arrojado de tu vista»;

   pero tú escuchaste mi voz suplicante

   cuando yo te gritaba.

 

Amad al Señor, fieles suyos;

   el Señor guarda a los leales,

   y a los soberbios los paga con creces.

 

Sed fuertes y valientes de corazón,

   los que esperáis en el Señor.

 

Ant.- El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado, aleluya

Ant. 2.- Mi alma se ha afirmado y se ha cimentado en Cristo, aleluya.

 

Salmo 83

¡Qué deseables son tus moradas,

   Señor de los ejércitos!

   Mi alma se consume y anhela

   los atrios del Señor.

   Mi corazón y mi carne

   retozan por el Dios vivo.

 

Hasta el gorrión ha encontrado una casa;

   la golondrina un nido

   donde colocar sus polluelos:

   tus altares, Señor de los Ejércitos,

   Rey mío y Dios mío.

 

Dichosos los que viven en tu casa

   alabándote siempre.

   Dichosos los que encuentran en ti su fuerza

   al preparar su peregrinación:

 

cuando atraviesan áridos valles,

   los convierten en oasis,

   como si la lluvia temprana

   los cubriera de bendiciones;

   caminan de baluarte en baluarte

   hasta ver a Dios en Sión.

 

Señor de los ejércitos, escucha mi súplica;

   atiéndeme, Dios de Jacob.

   Fíjate , oh Dios, en nuestro escudo,

   mira el rostro de tu Ungido.

 

Vale más un día en tus atrios

   que mil en mi casa,

   y prefiero el umbral de la casa de Dios

   a vivir con los malvados.

 

Porque el Señor es sol y escudo,

   él da la gracia y la gloria;

   el Señor no niega sus bienes

   a los de conducta intachable.

 

¡Señor de los ejércitos, dichoso el hombre

   que confía en ti!

 

Ant.- Mi alma se ha afirmado y se ha cimentado en Cristo, aleluya

Ant. 3.- Por Cristo quiso Dios reconciliar consigo todos los seres: los del cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz, aleluya.

 

CANTICO

Eres digno, Señor, Dios nuestro,

   de recibir la gloria, el honor y el poder,

   porque tú has creado el universo;

   porque por tu voluntad

   lo que no existía fue creado.

 

Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,

   porque fuiste degollado

   y con tu sangre compraste para Dios

   hombres de toda raza, pueblo y nación

   y has hecho de ellos para nuestro Dios

   un reino de sacerdotes

   y reinan sobre la tierra.

 

Digno es el cordero degollado

   de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría,

   la  fuerza, el honor, la gloria y la alabanza.

 

Ant.- Por Cristo quiso Dios reconciliar consigo todos los seres: los del cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz, aleluya.

LECTURA BREVE

   El Espíritu lo sondea todo, incluso lo profundo de Dios. ¿Quién conoce lo íntimo del hombre sino el espíritu del hombre, que está dentro de él? Pues, lo mismo, lo íntimo de Dios lo conoce sólo el Espíritu de Dios. Y nosotros hemos recibido un Espíritu, que no es del mundo, es el Espíritu que viene de Dios, para que tomemos conciencia de los dones que de Dios recibimos. Cuando explicamos verdades espirituales a hombres de espíritu, no las exponemos con el lenguaje que enseña el saber humano, sino en el que enseña el Espíritu, expresando realidades espirituales. A nivel humano uno no capta lo que es propio del Espíritu de Dios, le parece una locura; no es capaz de percibirlo porque sólo se puede juzgar con el criterio del Espíritu. En cambio, el hombre de Espíritu tiene un criterio para juzgarlo todo, mientras él no está sujeto al juicio de nadie. «¿Quién conoce la mente del Señor para instruirlo?» Pues bien, nosotros tenemos la mente de Cristo

 

RESPONSORIO BREVE

R/. Dios es mi heredad, ha dicho mi alma * Aleluya, aleluya. Dios es…

 

V/. El Señor es bueno para el alma que lo busca. * Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. Dios es mi heredad…

 

MAGNIFICAT

Ant.- A ti, Padre eterno, yo, miserable, ofrezco de nuevo mi vida para que llegue a verla reforma de esta tu dulce esposa la Iglesia sacrosanta. Yo te pido, oh Dios eterno, esta esposa, aleluya (Sta. Catalina)

 

Proclama mi alma la grandeza del Señor,

se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;

porque ha mirado la humillación de su esclava.

 

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,

porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mi:

su nombre es santo,

y su misericordia llega a sus fieles

de generación en generación.

 

Él hace proezas con su brazo:

dispersa a los soberbios de corazón,

derriba del trono a los poderosos

y enaltece a los humildes,

a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

 

Auxilia a Israel, su siervo,

acordándose de la misericordia

-como la había prometido a nuestros padres-

en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant.- A ti, Padre eterno, yo, miserable, ofrezco de nuevo mi vida para que llegue a ver la reforma de esta tu dulce esposa la Iglesia sacrosanta. Yo te pido, oh Dios eterno, esta esposa, aleluya.

PRECES

Alegrémonos en Dios, hermanos, que iluminó la Iglesia y la Orden con las enseñanzas de Santa Catalina y la enriqueció con su ejemplo de vida. Roguémosle con fervor diciendo:

 

Purificanos , Señor, con la sangre del Cordero

Padre santo, tú que diste la paz al mundo por la

   sangre de tu Hijo crucificado.

 – aumenta la unidad y la paz de su Iglesia.

 

Tú qué hiciste a tu hija Catalina ardorosa en el celo

   de la verdad y del amor para edificación de tu Iglesia

 – enciende en nosotros un ardor apostólico semejante

 

Te pedimos por los mensajeros de tu Palabra y por los

   que sufren y son perseguidos,

 – escucha nuestras oraciones fraternas.

 

Tú que has abierto a todos las puertas del paraíso por 

   la pasión y resurrección de tu Hijo,

 – concede a los difuntos entrar en tu gloria y haznos   

   un día compañeros de su suerte.

 

(Concluyamos el sacrificio de alabanza de este atardecer, con la oración del Señor, en la que nos perdonamos unos a otros y pedimos que así Dios nos perdone misericordiosamente:)

 

Padre nuestro…

 

ORACION

Señor y Dios nuestro, que hiciste que la bienaventurada Catalina ardiese en amor divino en la contemplación de la Pasión de tu Hijo y en su entrega al servicio de la Iglesia; concédenos, por su intercesión, vivir asociados al misterio de Cristo para que podamos llenarnos de alegría en la manifestación de su gloria. Por Jesucristo nuestro Señor.

 

Amén

 

DESPEDIDA

V/. El Señor esté con vosotros

R/. Y con tu espíritu

V/. Dios, que os llamó de las tinieblas a su maravillosa luz, os llene de su bendición y os haga caminar siempre en la luz.

R/. Amén.

V/. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros.

R/. Amén

V/. Podéis ir en paz. Aleluya, aleluya.

R/. Demos gracias a Dios. Aleluya, aleluya.

 


      Sant Catalina

      de Siena

      y la compasión

 

Se puede preparar un rincón de oración con una cruz o un icono de Cristo, una imagen de Santa Catalina de Siena, una vela, flores, una máscara, guantes, papeles pequeños y algo para escribir …

 

Lectora 1: Durante estos días de la pandemia del Covid-19, a menudo hemos aplaudido y agradecido a todo el personal sanitario por su dedicación incansable al cuidado de los enfermos y los ancianos. Proponemos vivir este momento de oración por ellos y por todos los enfermos, inspirándonos en Santa Catalina, una de cuyas actividades en su ciudad de Siena, quizás menos conocida, fue ponerse al servicio de los enfermos, especialmente de los más contagiosos. Ella es la santa patrona de las enfermeras. En Italia, las enfermeras voluntarias de la Cruz Roja la celebran solemnemente el 29 de abril en la Iglesia de Santa Catalina en Magnanapoli en Roma, justo al lado de la Universidad de Santo Tomás de Aquino.

 

CANTO : Ubi caritas et amor, ubi caritas, Deus ibi est (Taizé)

 

Lectora 2 : Contemplemos a Jesús, Médico y Buen Pastor, y agradezcamosle su compasión hacia todos nosotros. Después de leer el Evangelio y tras un momento de silencio, podemos expresar algunas intenciones de oración, intercaladas con la canción «Ubi caritas».

 

Lectora 3: del Evangelio según san Marcos (1,38-42)

Jesús le dijo a los discípulos: “Vámonos de aquí a las aldeas vecinas, para predicar también allí, pues a eso he venido. Y fue predicando en sus sinagogas y expulsando demonio por toda Galilea. Se le acercó un leproso y, arrodillándose le suplicó: «Si quieres, puedes sanarme». El se compadeció, extendió la mano, lo tocó y le dijo: «Lo quiero, queda sano». Al instante, se le fue la lepra y quedó sano.

 

Silencio… oraciones espontáneas

 

Lectora 1: Siguiendo el ejemplo del Señor Jesús, Catalina estaba llena de compasión por todos los que sufren. En Siena,  Catalina solía ir a todos los días al Hospital Santa Maria della Scala (Santa María de la Escalera), llamado así porque el hospital está situado justo enfrente de las escaleras que suben a la Catedral, para cuidar a los enfermos, a las personas contagiosas que nadie quería tocar. Se quedaba allí durante largas horas y, a menudo, también pasaba la noche. Actualmente, en este hospital que se ha convertido en  museo, se puede visitar por dentro, y ver aún en el sótano el lugar donde descansaba durante algunas horas por la noche, esperando el amanecer para comenzar a cuidar a los enfermos nuevamente. Este lugar se llama hoy, el Oratorio de Santa Catalina de la Noche.

 

 

Lectora 2: Del libro «la Leyenda mayor» de fray RAIMUNDO DE CAPOUA (cap.IV)

Admirable fue la compasión que el alma de nuestra virgen Catalina abrigaba hacia los pobres, pero aún más admirable y más excelente fue la ternura que llenó su corazón hacia los enfermos. Esta ternura la hizo realizar obras extraordinarias que parecerán increíbles a aquellos que aún no han oído hablar de ellas.En la ciudad de Siena había una pobre enferma llamada Cecca (pronunciado Checa). Su pobreza la obligó a buscar un hospital donde pudiera encontrar remedios para su enfermedad, que no podía procurarse por sí misma. Pero sucedió que el hospital donde la recibieron era tan pobre que apenas consiguió lo que lo necesario. Su enfermedad empeoró tanto que la lepra cubrió todo su cuerpo, lo que se sumó a su miseria porque, por miedo al contagio, nadie quería acercarse a ella para servirla. Incluso se preparaban para conducirla fuera de la ciudad, como se suele hacer con estos pacientes.Cuando nuestra santa se enteró, llena de los ardores de la caridad, se apresuró a ir al hospital a visitar, servir y tocar a la leprosa. Ella no solo la ayudó con sus limosnas, sino que le ofreció sus propios servicios, asegurándole que no le faltarían mientras durara la enfermedad. Lo que había prometido de palabra, sus acciones lo realizaron con perfecta fidelidad. Cada mañana y cada tarde, visitaba a la enferma personalmente, cocinaba y le servía todo lo necesario para su alimentación. Con la mirada del espíritu, veía a su Novio en esta prueba y lo servía con diligencia y reverencia.Pero la humildad y la caridad de Catalina hicieron que Cecca se mostrara arrogante y enojada. Al ver a Catherine tan completamente entregada a su servicio, la leprosa comenzó a exigir como deuda lo que ella le daba libremente con caridad. Reprendía a su sirviente en términos muy hirientes y agregaba insultos a sus reprimendas, cuando no recibía todo lo que quería. A veces sucedía que la virgen del Señor prolongaba su oración matutina en la iglesia un poco más de lo habitual y, por lo tanto, llegaba un poco más tarde para cuidar a la enferma. Esta saludaba a la santo, a su llegada, con palabras burlonas: «¡Bienvenida, le decía, señora y reina de Fontebranda!» (Así se llamaba el barrio donde vivía Catalina) ¿Es lo suficientemente gloriosa esta reina que está todo el día en la iglesia de los Frailes! Seguramente ha pasado toda la mañana con los frailes, verdad señora? ¡Parece que no puede saciarse suficientemente con estos monjes! «Así, con estas y otras palabras similares, ella provocaba a la sierva de Cristo todo lo que podía. Esta última se dejaba afectar poco o nada, consolaba a la enferma con paciencia y humildad y la cuidaba con tanto esmero y de modo tan admirable que la enferma impaciente no dejaba de sorprenderse.Esto duró mucho tiempo, sin que el alma de la virgen pudiera dejarse vencer por el asco, sin que la menor relajación se deslizara en el fervor de su acostumbrado servicio.Estas manos, que tocaron el cuerpo de la paciente, comenzaron a estar tan manifiestamente infectadas que el mal parecía obvio para cualquiera que las mirara. Catalina no abandonó su santa resolución. Preferiría estar cubierta de lepra que abandonar el trabajo caritativo que había comenzado. Algún tiempo después, la leprosa vio llegar la hora de su muerte; ella dejó este mundo, asistida y efectivamente consolada por nuestra santa. Catalina la lavó con mucho cuidado; ella la vistió, la colocó respetuosamente en el ataúd, y luego, después del funeral, la enterró con sus propias manos. Terminado este entierro, toda su lepra desapareció. Las manos de la virgen no solo no parecían haberse infectado, sino que superaban al resto del cuerpo en belleza, como si la lepra les hubiera dado un brillo muy especial.

Tiempo de silencio durante el cual podemos escribir en un papel el nombre de los enfermos que queremos recomendar al Señor y luego lo depositamos al pie de la cruz o del Cristo.  

CANTO : Nul n’est disciple   u otro canto apropiado

Nul n’est disciple
Hormis le serviteur.
Nul n’est lumière
Sans l’amour indicible
Qui, dans le frère,
Découvre le Seigneur.

Nul ne console
A moins d’avoir souffert.
Nul ne témoigne,
S’il ne vit la Parole
Où l’homme gagne
Sa joie, quand il se perd.

Nul n’est tendresse
A moins d’être blessé.
Nul ne pardonne
S’il n’a vu sa faiblesse,
Qui l’abandonne
Aux mains du Transpercé.

Nul ne partage,
S’il n’a donné son tout.
Nul ne peut dire
La folie du message,
S’il ne se livre
Lui-même jusqu’au bout.

Nul n’est semence
A moins d’être semeur.
Point de récolte
Sans le temps du silence,
Car tout apôtre
Devient le grain qui meurt.

 

 

Oración de las enfermeras voluntarias de la Cruz-Roja (juntas)

Señor, dame amabilidad para ofrecer a todos aquellos a quienes me acerco.Dame serenidad para consolar a quien está atormentado.Dame el coraje para permanecer firme ante el sufrimiento de los demás.Muéstrame la manera de poder levantar a quién está aplastado por el dolor.Dame la fuerza para no desfallecer frente a lo imposible.Dame siempre la capacidad de hacer el bien.Señor, dame lo que te pido, para que yo también pueda darlo.Y si a veces, una sombra de desánimo, cansancio o miedo desciende para cubrir mi mirada, Señor, por favor, ayúdame a cargar esta cruz.    Lectora 3: Catalina es patrona de los enfermeros y las enfermeras por su gran atención y  amor por los enfermos… Pero, durante toda su vida, ella también «cuidó» a la Iglesia, tan desgarrada en su época. Dio su vida por la Iglesia y por «el dulce Cristo en la tierra. Unámonos a su oración:

 

Lectora 3O Padre Eterno, ten piedad del mundo, no te tardes más, déjate vencer, escucha el deseo de tus siervos. Si alguien golpea a la puerta, tu caridad no debe, no puede, negarse a abrir a aquellos que insisten con perseverancia.

 

Todas: ¡Abre pues! ! Expande, rompe los corazones endurecidos de tus criaturas. Mira están aquí, a la puerta de tu verdad y te llaman! Y, ¿qué piden? La sangre de tu Verdad, que es ella misma la Puerta. No podéis, no queréis negaros a quien os lo pide.

Lectora 3: Sois el Buen Pastor que nos habéis dado el Verdadero Pastor, vuestro Hijo único: por orden tuya, ha dado su vida por nosotros y nos ha lavado con su Sangre.

Todas: Padre eterno, tú mismo dijiste que, por el amor que tienes a tus criaturas, tendrías en cuenta las oraciones de tus siervos, sus trabajos, los sufrimientos que padecen sin haber pecado. Eso es lo que esperan tus servidores.

Lectora 3: No tardes, pues, en dirigirnos la mirada de tu misericordia! Abre la puerta de tu caridad ilimitada, esta caridad que ya nos has dado a través de tu Hijo. En verdad, ¡sé que abres incluso antes de que golpeemos! ¡Abre! Por la gloria y el honor de tu Nombre, por la salvación de las almas”. Todas: “Oh Dios eterno, recibe el sacrificio de mi vida en este cuerpo místico de la Santa Iglesia. No tengo nada más que dar que lo que me has dado. Toma mi corazón y exprímelo sobre el rostro de la Iglesia, tu Novia. »

 

 

CANTO : Ubi caritas

 

Lectora 1: Para concluir nuestra oración, confiemos al Señor, por intercesión de santo Domingo y de santa Catalina de Siena, a nuestro Papa Francisco y a toda la Iglesia diciendo:

 

                         Padre nuestro