LA GRAN ESPERANZA, LA GRAN ALEGRÍA

“El sol se hará tinieblas, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearán”

No es anuncio de catástrofe sino de la gran esperanza:

¡El Señor vendrá!

 “Nadie sabe el día ni la hora”

El Evangelio de hoy nos lo advierte, pero no es aviso para el temor sino para la gran alegría. El Señor vendrá y vendrá a salvarnos.

La angustia se olvidará. Los tiempos difíciles pasarán.

Hay signos de primavera.

“El Señor está cerca, a la puerta”

No conocemos nuestro día ni nuestra hora, pero entretanto nuestra tarea es clara:

llenar de bondad las horas y los días que nos restan,

llenar de bondad la parcela de tiempo que se nos ha asignado.

El cielo y la tierra pasarán, la palabra del Señor no.

Sor Áurea Sanjuán

Texto de referencia: Marcos, 13,24-32