Quiero proponer a los educadores que añadan un nuevo contenido en la enseñanza: la fraternidad. La educación es un acto de amor que ilumina el camino para que recuperemos el sentido de la fraternidad, para que no ignoremos a los más vulnerables. El educador es un testigo que no entrega sus conocimientos mentales, sino sus convicciones, su compromiso con la vida. Uno que sabe manejar bien los tres lenguajes: el de la cabeza, el del corazón y el de las manos, armonizados. Y de ahí la alegría de comunicar. Y ellos serán escuchados mucho más atentamente y serán creadores de comunidad. ¿Por qué? Porque están sembrando este testimonio. Oremos para que los educadores sean testigos creíbles, enseñando la fraternidad en lugar de la confrontación y ayudando especialmente a los jóvenes más vulnerables.
Publicaciones Similares
Conferencia sobre San Vicente Ferrer, en el Monasterio de la Inmaculada, Torrent
PorFDI
Compartimos con todos vosotros, la conferencia que fray Vito Tomás Gómez OP, impartió en el Monasterio de la Inmaculada de…
Santa María Madre de Dios.
PorFDI
Seguramente muchos de nosotros solemos rezar la liturgia de las Horas, o al menos, cuando oímos estas palabras, sabemos…
Semana Grande para el cristiano.
PorFDI
La Semana Santa representa el final de la Cuaresma, periodo de preparación que dura cuarenta días, en que se recuerda…
María Reina nos toma de la mano
PorFDI
La liturgia de hoy nos presenta en el evangelio una parábola en la que un rey había invitado a un…
