Recogemos brevemente la semblanza de cinco monjas que tienen abierto el proceso de canonización.
Llamadas al seguimiento de Cristo en la vida consagrada contemplativa dominicana han respondido con fidelidad a su vocación y han dejado un testimonio elocuente de santidad.
Ellas vivieron y se santificaron en la época y la cultura en que les tocó vivir llevando a plenitud su entrega al Señor.
Esperamos que el avance del proceso de canonización de cada una de ellas nos permita llegar a verlas en los altares.
Ellas son y seguirán siendo para nosotros lumbreras que nos guían y nos ayudan no sólo con su testimonio sino también con su intercesión.