La vocación es el latido del corazón de Dios en el corazón de cada persona. En día 11 de mayo de 2025, se celebra la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, recordando que la llamada de Dios no es un eco lejano, sino una voz viva que resuena en nuestra vida cotidiana.
Ser llamados «para el Señor» significa pertenecerle con todo nuestro ser, entregarle nuestros sueños y esfuerzos. Pero este llamado no se realiza en soledad: florece «en los hermanos«, en el servicio humilde, en la escucha, en el compartir el camino. Ya sea en la vida sacerdotal, religiosa, matrimonial o consagrada, toda vocación es para construir comunidades vivas donde el amor de Cristo sea visible.
Hoy, oramos para que muchos jóvenes descubran la belleza de una vida entregada, y para que cada uno de nosotros renueve su sí, confiando que Dios nos guía y nos sostiene en la entrega cotidiana.
Mensaje del Papa Francisco:
“Queridos hermanos y hermanas:
En esta Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, contemplamos el misterio de un Dios que nos llama, que sale a nuestro encuentro para invitarnos a una vida plena de sentido y de entrega.
Nuestro lema, «Para el Señor, en los hermanos», nos recuerda que la vocación cristiana nunca es un proyecto aislado o egoísta. Nacemos para el amor, y crecemos en el amor cuando nos damos a los demás. Cada vocación —sea al sacerdocio, a la vida consagrada, al matrimonio o a la misión laical— es un «sí» a Dios y un «sí» al hermano que Él pone a nuestro lado.
Pidamos al Señor que siga suscitando en su Iglesia corazones valientes y generosos, que sepan dejarse transformar por su llamada y construir comunidades fraternas, donde cada persona pueda descubrir que es amada y necesaria.
Que María, la Mujer del ‘sí’ generoso, nos acompañe en nuestro camino de respuesta a Dios y de entrega al prójimo.”
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