Queridas hermanas, con un día ya de asamblea, me siento al ordenador para compartir algo de lo que ha supuesto este primer día de trabajo, bueno trabajo, trabajo ejem, ejem… en fin, ya sabréis porqué lo digo. 

El viernes nos reunimos todas, en el monasterio de Santa Catalina de Paterna, donde también llegó el padre José Ramón López de la Osa González. Las hermanas habían preparado una suculenta merienda, con horchata, fartons, tartas, agua de limón…en fin una merienda como Dios manda y unas comensales que no perdíamos comba… ¡qué bueno estaba todo!… 


Finalizada la suculenta y abundante merienda, nos trasladamos a la casa de los hermanos de la Salle, situada en las afueras de Llíria. El lugar es bonito, con mucha arboleda y zonas verdes, como es el mismo lugar donde se celebro la asamblea de hace tres años, para la gran mayoría de nosotras no es un sitio desconocido. 

Después de acomodarnos en las habitaciones, rezamos en la capilla vísperas y a las 9 cena. La verdad es que la comida en esta casa es abundante, en vez de una cena parecía una comida. El comedor repleto de niños, con un griterío de miedo, saludaban y sonreían, posiblemente nunca habían visto tanta monja junta ( y eso que en esta asamblea solo somos 14 participantes presenciales y 4 vía online, ya que los dos monasterios de Chile, esta vez participan por video conferencia. En fin, daba gusto verlos bulliciosos y felices. 

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