MONASTERIO DE MONJAS DOMINICAS

            Hace casi un año se nos comunicó si estábamos dispuestos a formar parte de un proyecto de fraternidad dominicana. La verdad, algunos no tenían ni la más mera idea de qué se trataba o qué fin tenía pero lo explicaron las hermanas un poco y les gustó. Al cabo de un mes aproximadamente, tuvimos la primera reunión, en la que conocieron a Antonio García, fraile dominico. Asistieron unos cuantos seglares y el padre les fue abriendo un poco los ojos sobre la fraternidad y sobre lo que se podía hacer. Y les dio muy buenos consejos y perspectivas para la formación de la fraternidad.

            A las reuniones no asisten todos los invitados, por circunstancias personales: trabajo, hijos, etc…, pero sí son seis o siete fijos. Actualmente las tenemos una vez al mes, generalmente los sábados por la tarde, siendo la sede de nuestras reuniones el convento de la Santísima Trinidad. Estamos formándonos en un curso de biblia que lo dirige una de las hermanas. Ella nos la explica con gran comprensión y habilidad, para que todos entendamos la profundidad y significado de este “hermoso libro”.

            En nuestras reuniones mensuales hacemos una oración al comenzar y otra al término de la misma. Próximamente puede que nos quedemos a rezar vísperas con las monjas.

            Algunos de los asistentes han comentado que antes tenían la Biblia en una estantería de casa y ahora forma parte de su vida, se encuentra en su escritorio y todos coinciden en que están enamorados de la Sagrada Escritura.

            Nuestro fin es tomar el ejemplo de Santo Domingo en el amor a Dios por medio de la predicación y actualizarlo en el siglo XXI, es decir, al tiempo actual. Siempre contando con la ayuda de Dios en la persona de Jesucristo y por supuesto, tomando a Domingo como nuestro mejor ejemplo.

            Nos falta mucho por aprender y por hacer, pero nuestro espíritu está abierto a seguir con esta bonita obra y a sacar un buen provecho de ella. Para muchos de ellos es un honor y una grata satisfacción formar parte de esta nueva fraternidad, que aunque está empezando (es joven) le vamos a poner todo nuestro corazón para que salga adelante. Dan gracias a las Monjas Dominicas por prestar su ayuda siempre incondicional.