El 1° de enero de 2023 se celebra la 56a Jornada mundial de la Paz, instituida por el Papa Paolo VI en el 1968, invitando a todos a la oración y a la reflexión sobre este don que pedimos incesantemente, para promover caminos orientados a la paz para la entera humanidad.

“Nadie puede salvarse a sí mismo. Volver a partir del Covid-19 para trazar juntos caminos de paz” es el tema del Mensaje 2023, que se abre con la exhortación del Apóstol Pablo, a la comunidad de Tesalónica, a permanecer firmes en la espera del encuentro con el Señor, mantener “una mirada atenta sobre la realidad y los acontecimientos de la historia”:

“En cuanto a los tiempos y momentos, hermanos, no necesitáis que se os escriba; porque bien sabéis que el día del Señor vendrá como ladrón en la noche” (1 Ts 5:1-2).

Es una invitación a permanecer despiertos, a no encerraros en el miedo, en el dolor o en la resignación, a no ceder a la distracción, a no desanimaros sino a ser como centinelas capaces de velar y de acoger las primeras luces del alba, sobre todo en las horas más oscuras”, actualiza el Papa Francisco, aludiendo a la dramática experiencia de la pandemia del Covid-19.

El Papa evoca el sufrimiento debido a las pérdidas humanas, la desorientación y el malestar de las personas y de las familias generado por el aislamiento y la limitación de la libertad, las repercusiones económicas y sociales, que “no podemos olvidar” y repite una vez más que “de una crisis no se sale nunca igual, se sale o mejor o peor”.

¿Qué hemos aprendido de esta situación de pandemia? ¿Qué nuevos caminos deberemos emprender para abandonar las cadenas de nuestros viejos hábitos, para estar mejor preparados, para afrontar la novedad? ¿Qué señales de vida y de esperanza podemos acoger para avanzar e intentar hacer mejor nuestro mundo? Son las preguntas que deja a la reflexión personal y comunitaria, animando a cada uno/a, en el comienzo del nuevo año, a releer la experiencia alimentando la esperanza y el deseo de hacer la propia parte para intentar hacer mejor el mundo.

Desafortunadamente, la postpandemia ha reservado “otro flagelo: una nueva guerra, en parte comparable a Covid-19, pero impulsada sin embargo por opciones humanas culpables”. Por esto es aún más necesario activar políticas y caminos de fraternidad y de solidaridad, apelando a la responsabilidad personal:

“No podemos ya pensar sólo en preservar el espacio de nuestros intereses personales o nacionales, sino que debemos pensar a la luz del bien común, con un sentido comunitario, es decir, como un “nosotros” abierto a la fraternidad universal. (…) Necesitamos desarrollar, con políticas adecuadas, la acogida y la integración, en particular en las relaciones con los migrantes y con los que viven como descartados en nuestras sociedades. Sólo volcándonos en estas situaciones, con un deseo altruista inspirado en el amor infinito y misericordioso de Dios, podremos construir un mundo nuevo y contribuir a edificar el Reino de Dios, que es Reino de amor, de justicia y de paz”.                 j

En la Conferencia de prensa de presentación del Mensaje, tenida por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo integral el 16 de diciembre de 2022, sor Alessandre Smerilli, FMA, Secretaria del Dicasterio, anunció la clausura de los trabajos de la Comisión Vaticana por el Covid-19, instituida por el Papa Francisco – “aunque la emergencia haya acabado”, el Dicasterio continúa de hecho trabajando en la escucha y en el diálogo con las Iglesias y las realidades locales de cada Continente – y  presentó nuevos caminos:

“A propósito de paz, sobre el modelo de la Comisión Covid nació también el grupo de trabajo ‘Catholic Response For Ucraine’ (CR4U), promovido por nuestro Dicasterio. Este grupo se constituyó como espacio de diálogo estructurado y coordinación entre los muchos actores católicos que se están prodigando para asistir a la población ucraniana en las necesidades más apremiantes. De hecho, el Papa Francisco nos había pedido ‘concreción’ y trataremos de continuar en este camino”.

Como conclusión del Mensaje, el Santo Padre espera que en el nuevo año podamos caminar juntos haciendo tesoro de cuanto la historia nos puede enseñar y augura, a todos los hombres y las mujeres de buena voluntad, “¡construir día a día, como artesanos de paz, un buen año!”.

Mensaje para la Paz 2023